Pablo Peirano rompió el silencio tras su cese en Nacional: “El clásico fue un quiebre, pero estaba convencido de que íbamos a ser campeones”

A más de un mes de su cese como entrenador de Nacional, Pablo Peirano habló por primera vez y aseguró que su salida fue inesperada. Reivindicó su trabajo, afirmó que tenía “asegurada la final en cancha” y sostuvo que la derrota en el clásico marcó un antes y un después. Además, reveló el emotivo gesto de Nicolás “Diente” López que le permitió tomarse una foto con la copa junto a su hijo.

“Me fui pensando que seguía”: una salida que no esperaba

Pablo Peirano reconoció que su salida de Nacional lo tomó por sorpresa. El entrenador fue cesado el 27 de octubre, un día después del empate 0-0 frente a Wanderers, pero aseguró que jamás imaginó ese desenlace.
“Me fui del Viera pensando que seguía en el cargo, convencido de lo que venía”, afirmó en entrevista con La mañana del fútbol (El Espectador). Además, sostuvo que los motivos deportivos no justificaban su salida: “Si te echan porque sos un desastre y los resultados son un desastre, lo podés entender, pero yo en cancha tenía asegurada la final”.
Peirano fue aún más contundente al señalar que le “quitaron lo que ganó en cancha” y que tenía los argumentos suficientes para disputar la definición del campeonato.

El clásico como punto de inflexión

El exentrenador tricolor admitió que la derrota 3-0 ante Peñarol en el Campeón del Siglo fue un momento determinante en el proceso. “Fue un quiebre”, reconocio.
Según relató, el partido fue parejo en los primeros minutos, pero los goles recibidos desarmaron el plan original: “En el segundo tiempo intentamos ponernos en partido desde el juego y lo que imaginé no sucedió; pasó todo lo contrario”.
A pesar del golpe anímico, Peirano aseguró que el equipo supo recomponerse y volver a meterse en la pelea. “El hincha necesitaba pasar satisfacciones distintas”, reflexionó, al tiempo que insistió: “Estaba convencido de que íbamos a ser campeones”.

El equipo que imaginaba
para las finales
Peirano reveló que ya pensaba en ajustes tácticos para enfrentar a Peñarol en una eventual final. La idea era fortalecer la zona media para “combatir el partido desde la marca en el mediocampo”, algo que ya había probado en partidos ante Boston River y Liverpool.
También se refirió a las decisiones posteriores de Jadson Viera, su sucesor, y afirmó que muchas de ellas ya estaban en su planificación. “Imaginaba lo de Gonzalo Carneiro. Ya lo estábamos preparando”, explicó. Además, confirmó que Nicolás López estaba en recuperación y que Maximiliano Gómez atravesaba un cuadro gripal.

Ebere, una sorpresa que elogió

Uno de los aspectos que sí lo sorprendió fue la titularidad de Christian Ebere en la final, pese a que durante su ciclo tuvo poca participación.
Aun así, Peirano no escatimó elogios: “Lo ponés y se los come a todos; no mira nada. Es un crack. En actitud y todo es un fuera de serie”. Tras ver el resumen del partido, destacó la presión que ejerció sobre los centrales rivales.

No se siente campeón, pero sí parte

Peirano fue claro al afirmar que no incluirá en su currículum que es campeón uruguayo con Nacional, ya que no estuvo en la final. Sin embargo, admitió que se siente parte del proceso.
“Casi todos los jugadores me llamaron. La gente me paraba en la calle y me decía ‘gracias Pablo por los puntos que nos diste’”, contó.
El gesto del “Diente”
López y la foto con la copa
Uno de los momentos más emotivos de la entrevista fue cuando reveló el gesto de Nicolás “Diente” López. Tras el asado de fin de año del plantel, el futbolista llevó la copa a la casa de Peirano.
“Después del asado se llevó la copa y fue para mi casa. Es un montón”, confesó. El gran objetivo era cumplirle un deseo a su hijo, que quería sacarse una foto con el trofeo.
“Cuando la vio mi hijo me mató… yo dudé: ¿la agarro o no la agarro? Agarré la copa de verdad y dije: ‘Bien, ¡vamos!’”, relató con emoción.

Una frase que no pasó desapercibida

Por último, Peirano fue consultado sobre una frase de Flavio Perchman, quien dijo que Jadson Viera “sacó al equipo del CTI”. La respuesta fue tan irónica como directa: “Si le llama CTI a eso, entonces cuando lo recibimos nosotros, ¿dónde estaba? ¿En la morgue?”.
Y cerró con una reflexión firme: “El objetivo de ganar la Anual estaba muy cercano”.