Qué es la dieta BARF y por qué no es buena para los perros

Pura Vida24/02/2024RedacciónRedacción
perro

Aunque para algunos puede sonar como una onomatopeya de un ladrido, la dieta BARF está lejos de ser un simple sonido. Derivada de las palabras en inglés Biologically Appropriate Raw Food (Alimentación Cruda Biológicamente Apropiada), esta alimentación ideada para los animales de compañía se basa en brindarle alimentos crudos, con una proporción del 60 y 80% en huesos, carne, vísceras, huevos, leche y entre un 20 y 40% de frutas, legumbres y vegetales.

Esta tendencia hacia una alimentación más “natural”, también conocida como RMBD, promete beneficios para la salud de perros y gatos, sugiriendo mejoras en la digestión gracias a un microbioma intestinal alterado. Sin embargo, distintos estudios científicos han advertido que esta suposición no es tan absoluta y que, en cambio, no sería buena.

 Es que, aunque hay ciertos estudios que señalan a modestas mejoras, estas bondades han quedado en el ojo de la tormenta, ya que la investigación sobre estos regímenes alimenticios se encuentra en sus primeras etapas, y los verdaderos beneficios, como pelajes más brillantes o sistemas inmunológicos fortalecidos, aún no están respaldados por una base científica sólida.

Además, la inquietud no termina en la eficacia nutricional de las RMBD, sino que se extiende hacia los riesgos que conllevan, particularmente aquellos vinculados a la salud pública.

Por qué la dieta BARF no es buena para los perros
 
Lo cierto es que la ciencia aún se encuentra estudiando los efectos de esta alimentación en los animales de compañía y diversas investigaciones advirtieron sobre el impacto que puede tener tanto en perros como en gatos, además de los tutores.

En ese sentido, desde el Centro Colaborador Nacional para la Salud Ambiental en Vancouver advirtieron que este régimen alimenticio podría generar resistencia a los antibióticos (AMR). A diferencia de los alimentos para humanos o aquellos importados, algunas carnes crudas (como las destinadas a las mascotas en Canadá) no están sujetas a inspecciones o pruebas microbiológicas específicas, lo que deja la puerta abierta a un alto riesgo de contaminación bacteriana en el punto de consumo. Estudios demuestran que las mascotas alimentadas con RMBD exhiben tasas más altas de bacterias patógenas, como Salmonella y E. coli, no solo en los alimentos mismos sino también en sus heces.

Este fenómeno cuenta con un potencial de transmisión de bacterias resistentes a antimicrobianos entre mascotas y humanos. De acuerdo a este centro perteneciente a la Agencia de Salud Pública de Canadá (PHAC), la convivencia estrecha entre humanos y mascotas, particularmente en hogares con individuos vulnerables, subraya la importancia de reconsiderar la alimentación con RMBD y optar por prácticas más seguras.

En el mismo sentido se expresó la FDA, la cual dio conocer un estudio del Centro de Medicina Veterinaria (CVM), llevado a cabo entre octubre de 2010 y julio de 2012, investigó más de 1,000 muestras de alimentos para mascotas en busca de patógenos peligrosos. Los resultados demostraron que los alimentos crudos para mascotas son más susceptibles a estar contaminados con bacterias como Salmonella y Listeria monocytogenes, en comparación con otros tipos de alimentos analizados. En particular, de 196 muestras de comida cruda, 15 resultaron positivas para Salmonella y 32 para L. monocytogenes, indicaron desde la agencia norteamericana.

Por su parte, un estudio publicado en la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, perteneciente al Centro Nacional de Información Biotecnológica advirtió, al citar un trabajo publicado en Nature Human Behavior, que el consenso científico y médico aún está lejos de ser alcanzado.

Según la investigación, aunque hay estudios que apuntan hacia ciertos beneficios nutricionales en alimentar con dietas crudas, la evidencia sólida, aquella categorizada como de nivel 1 o 2, aún no está disponible. De todas maneras, algunas encuestas aseguran que un gran número de tutores cree en la salud óptima de sus mascotas bajo estas dietas. De todas maneras, lo cierto es que se han detectado patógenos potencialmente graves para humanos y animales.

Pero eso no es todo, ya que otro aspecto importante es la existencia de riesgos nutricionales específicos vinculados a estas dietas. Por ejemplo, desequilibrios de calcio y fósforo observados en varias dietas analizadas, lo que sugiere que la falta de una adecuada formulación de estos alimentos puede llevar a carencias o excesos nutricionales perjudiciales para la salud animal.

Es por este motivo que los autores del estudio subrayan la importancia de una discusión informada entre veterinarios y dueños de mascotas, para que los tutores, armados con información, piensen cuidadosamente los pros y los contras, mientras la ciencia sigue desentrañando los misterios de la naturaleza dietética animal.

Dado el enfoque en la nutrición de mascotas, específicamente en las dietas basadas en carne cruda, la revisión sistemática publicada en Nature Human Behavior arrojó varias conclusiones relevantes sobre beneficios y riesgos, agrupados por el nivel de evidencia proporcionado:

Ausencia de estudios de alto nivel sobre beneficios nutricionales: la revisión subraya la inexistencia de investigaciones de nivel 1, 2 o 3 que confirmen los beneficios nutricionales de alimentar mascotas con carne cruda. Esta laguna en la literatura científica representa un área aún no explorada exhaustivamente por la investigación de alta calidad, indicando una necesidad significativa de estudios más rigurosos y extensos para comprender plenamente el impacto de estas dietas.
Evidencia de nivel 4 de beneficios nutricionales: se resalta una encuesta como la única fuente de datos que sugiere una perspectiva potencialmente positiva sobre la dieta cruda, donde un alto porcentaje de dueños de perros y gatos consideran a sus mascotas saludables mientras están en esta dieta. No obstante, este estudio no establece una relación causal directa entre la dieta cruda y la salud percibida por los propietarios, dejando esta asociación en el terreno de las especulaciones.
Reportes de riesgos nutricionales de nivel 4: casos aislados reportan efectos adversos relacionados con la alimentación cruda, incluyendo hipervitaminosis A y panesteatitis felina en gatos, así como osteodistrofia nutricional y hiperparatiroidismo nutricional secundario en perros, atribuidos a desbalances nutricionales en estas dietas. Estos incidentes sugieren que, sin la formulación adecuada, las dietas crudas pueden provocar problemas de salud serios.

Prevalencia de enfermedades infecciosas en alimentos crudos y riesgos asociados: la investigación demuestra que una fracción significativa de las dietas crudas comerciales está contaminada con patógenos como Salmonella. Estudios documentan tanto la presencia de estos agentes infecciosos en alimentos crudos como el potencial para causar enfermedades en mascotas y humanos, evidenciando la importancia de considerar la seguridad alimentaria al optar por estas dietas.
Aumento del riesgo de resistencia a los antibióticos y transmisión de enfermedades: Un número creciente de cepas de Salmonella aisladas de alimentos crudos presenta resistencia a múltiples antibióticos, un hallazgo inquietante que enfatiza el potencial impacto de estas dietas en el incremento de la resistencia antimicrobiana. Además, se reconoce la posibilidad de que las mascotas que consumen estos alimentos puedan actuar como vectores de enfermedades infecciosas para los humanos, especialmente para niños y personas con sistemas inmunitarios comprometidos.
Por otro lado, el Colegio Americano de Nutrición Veterinaria, una dieta con huesos, como puede tener la dieta BARF, conlleva riesgos de fractura de piezas dentales, perforación de paladar, diarrea, estreñimiento u obstrucción intestinal.

Ante esta situación, desde la Asociación Canadiense de Medicina Veterinaria (CVMA) emitieron una advertencia y afirmaron que “la evidencia científica documentada de los posibles riesgos para la salud pública y animal al alimentar a los RMBD supera cualquier beneficio percibido de esta práctica de alimentación”. Mientras que la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA) destacó la importancia de la pasteurización o cocción de los alimentos y advirtió que debe realizarse hasta alcanzar una temperatura interna mínima segura, además de otras tecnologías científicamente validadas para reducir la presencia de patógenos.

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