

El ejercicio físico regular no solo beneficia al cuerpo, sino también a la mente. Durante décadas, los estudios han demostrado una fuerte correlación entre el ejercicio y la salud mental, destacando los diversos beneficios que la actividad física puede aportar al bienestar psicológico.


Estrés y Ansiedad
Uno de los efectos más destacados del ejercicio en la salud mental es su capacidad para reducir el estrés y la ansiedad. Cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo libera endorfinas, neurotransmisores que actúan como analgésicos naturales y generan sensaciones de bienestar y euforia. Además, el ejercicio regular puede ayudar a reducir los niveles de hormonas del estrés, como el cortisol, lo que contribuye a una sensación general de calma y tranquilidad.
Mejora del Estado de Ánimo
El ejercicio también se ha asociado con una mejora del estado de ánimo. Las personas que realizan actividad física regularmente tienden a experimentar menos síntomas de depresión y tienen una mayor sensación de bienestar emocional. Esto se debe en parte a los efectos neuroquímicos del ejercicio, que pueden ayudar a regular los desequilibrios químicos en el cerebro asociados con la depresión y otros trastornos del estado de ánimo.
La Autoestima y la Confianza
Además de sus efectos directos sobre el estado de ánimo, el ejercicio también puede tener un impacto positivo en la autoestima y la confianza en uno mismo. Al establecer y alcanzar metas de fitness, las personas pueden experimentar un aumento en su sentido de logro y autoeficacia, lo que a su vez puede mejorar su percepción de sí mismas y su capacidad para enfrentar desafíos en otras áreas de la vida.
Un Sueño Saludable
El ejercicio regular también puede promover un sueño más reparador y de mejor calidad. Dormir lo suficiente y tener un sueño de calidad son aspectos fundamentales para mantener una buena salud mental. El ejercicio puede ayudar a regular el ciclo sueño-vigilia del cuerpo, facilitando el proceso de conciliar el sueño y mejorando la calidad del descanso nocturno.
Resiliencia Mental
Finalmente, el ejercicio puede ayudar a fomentar la resiliencia mental, es decir, la capacidad para hacer frente a los desafíos y adversidades de la vida de manera efectiva. Al desarrollar la resistencia física y mental a través del ejercicio, las personas pueden estar mejor preparadas para enfrentar el estrés y superar los obstáculos que se presenten en su camino. La resiliencia mental puede ser especialmente importante en situaciones de alta presión o estrés, ya que puede ayudar a mantener una perspectiva positiva y a encontrar soluciones efectivas a los problemas.
El ejercicio regular no solo beneficia al cuerpo en términos de salud física, sino que también desempeña un papel crucial en el mantenimiento de la salud mental y el bienestar emocional. Incorporar actividad física en la rutina diaria puede ser una estrategia efectiva para mejorar el estado de ánimo, reducir el estrés y la ansiedad, promover la autoestima y la confianza, mejorar el sueño y fortalecer la resiliencia mental.



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