

Identificar las señales de estrés felino y crear un entorno seguro es clave para su bienestar.


El estrés en los gatos es un problema más común de lo que parece y puede afectar seriamente su salud física y emocional. Cambios en el entorno, ruidos intensos, la llegada de nuevas personas o animales, mudanzas e incluso el aburrimiento, pueden convertirse en desencadenantes.
A diferencia de los perros, los gatos tienden a ocultar el malestar, lo que dificulta detectar a tiempo los signos de ansiedad. Sin embargo, conocer su lenguaje corporal y sus rutinas ayuda a identificar cuando algo no está bien.
Señales comunes de estrés en gatos
• Cambios en el apetito (dejan de comer o comen en exceso).
• Ocultamiento constante o prolongado.
• Agresividad repentina o irritabilidad.
• Rascado compulsivo o exceso de acicalamiento.
• Maullidos intensos o fuera de lo habitual.
• Micción fuera del arenero o rechazo a la bandeja sanitaria.
• Diarrea o vómitos sin causa médica aparente.
Estas conductas son señales de alerta que indican que el animal está atravesando un cuadro de ansiedad o estrés ambiental.
Siete estrategias para reducir el estrés felino
1. Respetar su espacio y sus tiempos.
Los gatos necesitan lugares donde refugiarse y sentirse seguros: una caja, un placard o una cama elevada pueden ser suficientes. No deben ser forzados a interactuar si buscan aislarse.
2. Mantener una rutina estable.
Son animales de hábitos, por lo que los cambios bruscos en horarios de comida o limpieza del arenero pueden alterar su estabilidad emocional.
3. Enriquecer el ambiente.
Un gato aburrido es un gato estresado. Proveele rascadores, estantes, juguetes interactivos y ventanas seguras. Si pasa mucho tiempo solo, los juguetes que liberan alimento o las pelotas son excelentes aliados.
4. Evitar ruidos fuertes y entornos caóticos.
Mudanzas, obras o reuniones ruidosas pueden generar ansiedad. En esas situaciones, es recomendable ofrecerle un espacio aislado y tranquilo, e incluso usar difusores de feromonas sintéticas, como Feliway, para favorecer la calma.
5. Fomentar el juego diario.
El juego no solo alivia la tensión, sino que también fortalece el vínculo. Bastan 15 minutos diarios con cañas, pelotas o punteros láser para mantenerlo estimulado.
6. Cuidar la higiene del arenero.
Debe estar limpio, ubicado en un sitio silencioso y de fácil acceso. En hogares con varios gatos, se recomienda una bandeja por gato más una adicional.
7. Introducir los cambios del hogar de forma gradual.
La llegada de un nuevo animal, una persona o un cambio en los muebles debe presentarse de manera progresiva y positiva, para evitar reacciones de miedo o retraimiento.
Cuándo acudir al veterinario
Si los cambios de comportamiento persisten o el gato presenta síntomas físicos como vómitos o diarrea, es importante consultar a un veterinario o etólogo felino. En algunos casos, el estrés puede requerir tratamiento médico o intervenciones conductuales específicas.
El bienestar felino depende, en gran parte, del entorno que le ofrecemos. Observar, respetar sus tiempos y crear un espacio seguro no solo reduce el estrés, sino que mejora la convivencia y la calidad de vida del animal.


Cómo ayudar a tu gato a adaptarse a una mudanza sin estrés




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