
Salud mental en médicos y pacientes: un desafío silencioso
Opinión18/12/2025 Dr. Gonzalo M. Deleón Lagurara Colegio Médico
La salud mental se ha convertido en uno de los grandes temas de nuestro tiempo. Durante años fue relegada, invisibilizada o considerada una dimensión secundaria frente a la salud física.
Hoy estamos comprendiendo que no existe salud integral sin bienestar emocional, y que tanto pacientes como médicos enfrentan desafíos que merecen ser abordados con profundidad y sin estigmas.
En los pacientes, los trastornos de ansiedad, depresión y estrés crónico son cada vez más frecuentes. Las enfermedades crónicas, la incertidumbre económica, la sobreinformación y el ritmo acelerado de vida generan un terreno fértil para el agotamiento emocional.
En los médicos, la situación no es muy diferente: cargas asistenciales elevadas, jornadas extensas, presión institucional, agresiones públicas y el impacto emocional de acompañar el sufrimiento ajeno son factores que, si no se reconocen, pueden llevar a burnout, depresión o incluso al abandono de la profesión.
La salud mental del paciente: escuchar más allá del síntoma Cuando un paciente consulta por dolor, insomnio o fatiga persistente, muchas veces detrás de esos síntomas hay un componente emocional. La ansiedad y la depresión pueden manifestarse de formas sutiles y enmascaradas, y requieren una escucha activa que vaya más allá del motivo aparente de consulta. La empatía, la comunicación clara y el respeto permiten que el paciente se abra y exprese lo que realmente transita. Diagnosticar trastornos emocionales no siempre es sencillo, pero es imposible si no se genera un clima de confianza.
El acompañamiento psicológico, la contención familiar, las redes comunitarias y los hábitos saludables son parte del tratamiento tanto como la medicación o los procedimientos médicos.
La salud mental debe abordarse de manera integral, reconociendo que afecta todas las dimensiones de la vida de la persona.


La salud mental del médico: cuidar al que cuida
El bienestar emocional de los profesionales de la salud es un tema que durante años se evitó. La cultura médica tradicional nos enseñó a ser fuertes, a no mostrar vulnerabilidad y a poner siempre al paciente primero. Pero esa exigencia perpetua tiene un costo. El burnout es hoy una realidad: agotamiento, irritabilidad, pérdida de disfrute de la profesión y sensación de carga permanente.
Humanizar la medicina implica también humanizar la vida del médico. Reconocer que somos personas, que sentimos, que el dolor del paciente nos atraviesa y que el estrés acumulado afecta nuestro rendimiento y nuestra salud. Promover espacios de apoyo, supervisión emocional, descanso adecuado y trabajo en equipo no es un lujo: es una necesidad. Un médico agotado no puede brindar una atención óptima ni mantener la empatía que la profesión exige.
La salud mental no es un problema individual, es un asunto colectivo. Requiere políticas institucionales claras: tiempos de consulta adecuados, ambientes saludables de trabajo, programas de prevención del burnout, líneas de apoyo al personal y redes interdisciplinarias para derivación y seguimiento. Los pacientes también necesitan un sistema que no se limite a tratar síntomas, sino que contemple su realidad emocional y social.
El Colegio Médico tiene un rol clave en visibilizar esta problemática, promover buenas prácticas y generar espacios de reflexión y apoyo. Hablar abiertamente de salud mental —en médicos y pacientes— es el primer paso para desarmar prejuicios y construir una cultura sanitaria más humana.
Mirar al futuro
El cuidado emocional debe convertirse en una prioridad de la agenda sanitaria. El futuro de la medicina no será solo tecnológico; será humano. Y eso implica comprender que la salud mental atraviesa cada consulta, cada jornada de guardia y cada vínculo terapéutico.
La salud mental es un terreno que merece respeto, escucha y acción. Pacientes y médicos compartimos la misma fragilidad y, al mismo tiempo, la misma capacidad de fortalecernos si contamos con apoyo, comprensión y un sistema de salud que cuide a todos sus actores.


Observación de Águila Cola Blanca (Geranoaetus albicaudatus, Vieillot 1816), especie con escasos registros en el departamento de Artigas, Uruguay




Pirincho Negro Chico (Crotophaga ani): últimos registros en la ciudad de Artigas y su periferia




Con respaldo del Frente Amplio, la Junta de Salto aprobó el fideicomiso impulsado por la Intendencia

Avanza con normalidad la elección de horas en el Instituto de Formación Docente

Honduras en vilo: persiste la incertidumbre electoral y crece la tensión política

Homicidio en Bella Unión: una joven de 26 años murió tras una riña en la vía pública

Fuerte cruce político en Diputados por el accionar de la Jutep en el caso Danza












