Consumo de Alcohol en Uruguay

El alcohol es la droga lícita socialmente aceptada de mayor prevalencia en Uruguay. La ingesta de alcohol se comienza en edades cada vez más tempranas, y la cantidad que se consume continúa en aumento.

   El alcohol es la sustancia más consumida por estudiantes de Enseñanza Secundaria, según una investigación del Observatorio Uruguayo de Drogas.

   Recuerdo que hace unos 10 años atrás la entonces diputada Verónica Alonso dio a conocer un informe donde expresa que el alcohol estaba en el grupo de peligrosidad Nº 1, al igual que la cocaína. Sin embargo, el consumo de alcohol se ha naturalizado, y esto implica que hay poca conciencia del riesgo en los adolescentes y jóvenes. También manifestó en aquel entonces que existe muy poca información sobre cómo proceder ante los consumos problemáticos. Y la realidad al día de hoy no ha cambiado.

  Sin dudas se han producido cambios en los patrones culturales de consumo que determinan que el inicio del consumo comience en promedio entre los 12 y los 14 años, y que sea más importante la cantidad que la calidad de la bebida.

  Los datos sobre los problemas derivados del consumo abusivo de alcohol, muestran una incidencia importante en la cantidad de accidentes de tránsito. Son el primer factor de muerte entre los jóvenes entre 18 y 25 años en nuestro país en los últimos años. Un conductor alcoholizado es una amenaza para nuestra sociedad.

   Las líneas a desarrollar para restringir el consumo del alcohol deberían recorrer un camino similar a la política del tabaco desarrollada en nuestro país.

  Es necesario establecer bases para una política nacional de alcohol, aunando criterios y unificando la normativa. Se debe considerar al alcoholismo como una enfermedad crónica y recurrente, por lo tanto, debe ser entendido como un problema de salud pública. El Sistema Nacional Integrado de Salud debería brindar respuestas específicas, tanto en lo que remite a la atención de los afectados, como a la prevención.

   Es necesario aumentar la regularización, restringir el expendio, y establecer un precio diferenciado después de cierta hora nocturna para las bebidas con mayor graduación alcohólica. También deberá prohibirse la venta en lugares donde se realicen actividades dirigidas a menores, y el INAU deberá intensificar o mejorar las inspecciones para garantizar el cumplimiento de las normas.

   En todos los mensajes publicitarios de bebidas alcohólicas, así como en el etiquetado deberá advertirse con mensajes obligatorios los perjuicios que ocasionan a la salud.

  Deberá implementarse en la currícula de enseñanza primaria y secundaria contenidos orientados a la prevención del consumo abusivo y problemático de alcohol.

  Con el propósito de desalentar el consumo excesivo, el Partido Nacional en 2012 propuso como alternativa el aumento de impuestos específicos de las bebidas alcohólicas. La recaudación sería destinada a la creación de un Centro Nacional de Rehabilitación y Reinserción de consumidores problemáticos y adictos, dentro de la órbita del Ministerio de Salud Pública. Eso está en el debe.

  Como si fuera poco, otra propuesta muy importante: hoy el numeral 4 del artículo 46 del Código Penal considera como atenuante de responsabilidad en el caso de haber cometido un delito, el haber ingerido alcohol, mientras que la Ley 17.016 (estupefacientes) establece que cometer un delito bajo el uso de Estupefacientes es considerado un agravante.

  El informe del Partido Nacional proponía que se modifique el mencionado numeral 4 del artículo 46 del Código Penal, y que el delito cometido bajo los efectos del alcohol sea considerado un agravante en un pie de igualdad con las demás drogas.

  Las propuestas dadas a conocer eran muy interesantes, contaban con un enfoque de crear políticas preventivas más que curativas, ahora sólo falta buena voluntad de los gobernantes de turno de retomarlas y llevarlas a la práctica por el bien de todos los ciudadanos.