La gente sana

Lee esto, estimado lector... “La gente lastimada, lastima. La gente sana, sana a la gente” .

A lo largo de la vida, todos enfrentamos heridas emocionales. 

        Algunas de ellas son tan profundas que, sin darnos cuenta, proyectamos nuestro dolor en los demás. Y todos en mayor o menor medida hemos volcado miserias en gente que no lo merecía, no de nosotros.

            Si lo permitimos, es un ciclo que se reproduce, cuando el sufrimiento no se procesa, cuando las cicatrices no cierran y seguimos reaccionando desde la herida en lugar de desde la sanación. Y allí, lastimamos a gente que no se lo merece. Pero, creo, que no todos son conscientes de lo que hacen, cuando lo hacen, cuando vuelcan todo el odio en face o insta...simplemente lo hacen sin saber que eso, habla mal de ellos solamente.

En cambio, la segunda parte de la frase ofrece una esperanza muy poderosa, la gente sana, que es la menos, pues casi todos estamos un poco rotos, y no lo queremos ver, pero esa gente, sana a la gente.

Así como el dolor se transmite, la cura también. Hay gente que arregla hasta lo que no rompió.

Cuando trabajamos en nuestras propias heridas, cuando encontramos paz y equilibrio, nos convertimos en luz, para quienes nos rodean. 

La compasión, la comprensión y la empatía se vuelven herramientas con las que podemos romper el ciclo del daño y comenzar uno nuevo: el del bienestar.

Esta frase lleva a reflexionar sobre la importancia del autoconocimiento y el crecimiento personal. 

No podemos evitar ser heridos en algún momento de la vida, pero sí podemos decidir si dejamos que ese dolor nos defina o si lo transformamos en una fuente de aprendizaje y amor. 
Todos tenemos cicatrices, y estas son las que nos hacen quienes somos, pero no es lo mismo caminar con cicatrices que con heridas abiertas.

Al final, el tema es simple, y se resume en una la pregunta es: ¿queremos seguir lastimando o empezar a sanar?

Nelson