Un encuentro con esperanza: Pérez Scremini reunió a familias de Artigas en una jornada de abrigo, afecto y fortaleza. compartida

Actualidad21/06/2025Carla de Souza FerreiraCarla de Souza Ferreira
Grasiela
Graciela Xavier

En medio de un clima que no acompañó demasiado, pero con corazones cálidos y muchas ganas de compartir, la Fundación Pérez Scremini llevó adelante una emotiva jornada junto a niños y familias que actualmente transitan o han transitado tratamientos oncológicos en Montevideo. 

La actividad, que tuvo lugar esta semana, no solo fue una instancia de entrega de abrigo, sino también de contención emocional, reencuentro y esperanza.

Graciela Xavier, maestra y actual encargada de comunicación de la organización en Artigas, valoró profundamente lo vivido: “Aunque el día no fue apropiado, sirvió para acercarnos. Llegaron hasta aquí familias y niños que están cursando tratamientos o que ya están en etapa de controles en Montevideo. Pudimos compartir una merienda, entregar ropa y, sobre todo, acompañarnos”.

Más allá de la ropa o los alimentos, lo que se vivió en el encuentro fue algo difícil de describir con palabras: la fuerza del reencuentro.
En un ambiente donde las emociones se mezclaban con risas y abrazos, madres, padres y niños compartieron sus historias, sus avances y también sus silencios. 

Porque en la lucha contra el cáncer infantil, cada pequeño paso adelante es una victoria, y cada experiencia compartida puede transformarse en luz para otros.

Graciela lo resume con claridad:
Desde la organización también quisieron llevar tranquilidad a quienes no pudieron estar presentes.
“Sabemos que no todos pudieron venir, pero quédense tranquilos. Cada uno de los padrinos ya está en contacto con ellos para hacerles llegar lo que tenemos preparado”, aseguró Graciela. 

Esto incluye no solo ropa de abrigo, sino también mensajes de aliento y acompañamiento.
La Pérez Scremini trabaja con un sistema de padrinazgo solidario que permite que cada familia se sienta acompañada en todo momento. El compromiso de los voluntarios va más allá del evento puntual: se extiende durante todo el año, en gestos pequeños y constantes.

Un acto de amor colectivo

La actividad del miércoles fue, en definitiva, una celebración silenciosa del amor, la resistencia y la comunidad. 
En un país donde muchas veces la salud pública enfrenta desafíos, espacios como estos demuestran que la sociedad civil puede sostener con humanidad lo que muchas veces falta desde lo estructural.
Gracias al trabajo voluntario, al compromiso de comercios locales, al apoyo de vecinos y al empuje de cada familia, esta jornada no solo sirvió para abrigar cuerpos, sino también para calentar el alma.

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