Disonancia A veces no es que cambiemos tanto, sino que nos ven de otra manera.

Actualidad22/10/2025 Por: Profe. Nelson Borges
Borges1

Todos crecen, poco, mucho, depende del sacrificio y el esfuerzo, decía mi abuelo…

Crecemos un poco, avanzamos, nos adaptamos, mostramos una parte nuestra que antes no estaba a la vista, estaba guardada…y, sin querer, algo se mueve alrededor. 
Lo que antes parecía inofensivo ahora puede incomodar; lo que antes pasaba desapercibido, porque nadie daba dos pesos por eso, ahora se juzga. 

Y uno se pregunta por qué.

La respuesta, me parece, que puede estar en esa tensión silenciosa que la psicología llama disonancia cognitiva.

El conflicto entre lo que creemos de nosotros y lo que la realidad nos muestra. 

Cuando alguien cercano se anima, se supera, o simplemente brilla, nos obliga, sin darse cuenta, a mirarnos.

Y no siempre estamos listos para hacerlo. Por eso, en vez de reconocer el valor del otro, el ajeno, a veces lo disimulamos, lo reducimos o lo disfrazamos de crítica. 

No por malicia, sino por protección. A veces 

Sin embargo, también hay algo valiente en aceptar esa incomodidad y convertirla en espejo, no en muro. 
En preguntarse qué me molesta realmente: ¿el otro, o lo que despierta en mí? 

¿No?
La disonancia no tiene por qué ser enemiga; puede ser el punto exacto donde empezamos a ver al espejo con más honestidad.

Crecer, de repente es eso, aprender a celebrar el avance ajeno sin sentir que el nuestro se apaga. Y entender que cuando algo nos incomoda, quizá no sea el otro quien cambió… sino la imagen que tenemos de nosotros mismos.

Todos crecen, y eso es bueno gente, al menos eso creo.

                      Nelson

Te puede interesar
Lo más visto

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email