De cooperativismo todos sabemos algo. En el mundo de hoy el trabajo se hace más fácil haciéndolo en cooperativas. Allí se trabaja con un fin en común, se comparten las ganancias y las pérdidas, cada miembro aporta algo, ya sea capitales, conocimientos, experiencias, mano de obra y todos soportan los riesgos.
Si recurrimos al diccionario de la Real Academia española, vemos que el mismo define la Cooperativa como una sociedad formada por productores o consumidores para vender, comprar o defender sus intereses en común, sin intermediarios. Y Cooperativismo como movimiento socio – económico basado en la asociación voluntaria de productores o consumidores.
En nuestro medio, aquí en Artigas tenemos grandes ejemplos de instituciones que son Cooperativas, que se iniciaron de abajo y con mucho esfuerzo y dedicación han llegado muy lejos y constituyen ejemplos a seguir por los cooperarios que recién comienzan en sus emprendimientos. A vía de ejemplo tenemos a COMAJA, COTABU, COTUA, CALA, y así podría nombrar otros ejemplos que el lector debe conocer.
En los últimos 15 años he visto la formación de cooperativas sociales en nuestro medio, como son las de vivienda. Pude notar que sus miembros cooperarios han bajado la pobreza y trabajan en una situación más cómoda que la vivida antes de asociarse.
El símbolo del cooperativismo, que lo aprendí en la escuela, son dos pinos del mismo tamaño, simétricamente iguales; algunos sostienen que otro símbolo es el arcoíris en demostración de que en una cooperativa existen miembros de todos los colores e ideologías.
Las Cooperativas se basan en los valores de ayuda mutua, responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad.
La resolución de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) pronunciada a unos 15 años atrás reconoce que el modelo cooperativo es un importante factor de desarrollo social y económico que promueve la más alta participación posible en el desarrollo económico y social de las personas, en los países desarrollados y en vías de desarrollo y que, en particular, las cooperativas contribuyen a la erradicación de la pobreza. La resolución también invita a todos los gobiernos a crear más ayudas para el desarrollo del cooperativismo, particularmente, las que llevan a asegurar la financiación necesaria para dinamizar la construcción de empresas.
Pauline Green dice: “El modelo cooperativo es la mejor opción y ofrece las bases para conseguir una forma más sostenible de hacer negocios en relación con el modelo capitalista tradicional que ahora está en entredicho. Lo que diferencia este modelo de otros es que todas las cooperativas, ya sean de pequeños agricultores o una gran cooperativa de consumo, comparten los valores de democracia, solidaridad, equidad, autoayuda y autorresponsabilidad, creando negocios que ofrecen más bienestar en oposición a la maximización de beneficios en provecho de unos pocos”.
Para Laín Mac Donald: “es muy oportuno recordar al mundo que existe más de una forma de hacer negocios y que en una economía globalizada todos tenemos que trabajar juntos”.
A través de un comunicado la Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo relacionado con el cooperativismo en Ginebra, indicó que la proclamación es un reconocimiento a la labor de este tipo de organizaciones en la lucha contra la pobreza, el desarrollo sostenible y la creación de empleos, y agregó que actualmente las cooperativas dan trabajo a más de cien millones de personas en el mundo.
El ex jefe del Servicio de Cooperativas de la OIT, Hagen Henry, declaró en una entrevista de la publicación “En línea”, de la OIT, que su organización considera que las cooperativas son:
“Importantes para mejorar las condiciones de vida y trabajo de mujeres y hombres a nivel mundial, y que contribuyen al suministro de infraestructuras y servicios esenciales, incluso en zonas ignoradas por gobiernos y empresas inversionistas. Además, los valores de las cooperativas son fundamentales para la creación de trabajo decente. Las cooperativas favorecen una economía democrática, centrada en las personas, que cuida del medio ambiente, y al mismo tiempo promueven crecimiento económico, justicia social y una globalización justa. Las cooperativas desempeñan un papel cada vez más importante en equilibrar las preocupaciones económicas, sociales y ambientales, así como en la prevención y reducción de la pobreza”.
En el Uruguay contamos con el Instituto Nacional del Cooperativismo (INACOOP), fue creado como persona jurídica de derecho público no estatal por el art.186 de la Ley General de Cooperativas Nº 18.407, promulgada el 24 de octubre de 2008.
El INACOOP es quien propone, asesora preceptivamente y ejecuta la política nacional del cooperativismo. Tiene como objetivo promover el desarrollo económico, social y cultural del sector cooperativo y su inserción en el desarrollo del país.
Los lectores verán la importancia del cooperativismo a nivel mundial y que realmente vale la pena trabajar en esta modalidad.