Cogito, ergo sum. Pienso, luego existo
“A Dios le encanta ayudar a quien se esfuerza por ayudarse a si mismo” - Esquilo
Opinión15/08/2024 Por: Nadir Costa (EneCe)Para los creyentes existe una afirmación que dice:” Si Dios está en todos lados, también está dentro tuyo”.
No se sabe si en los seres llamados irracionales existe alguna alma, o si guardan pensamientos y sentimientos como pasa con los humanos, se sabe que muchos irracionales se comportan como si los tuvieran, y eso está dentro de su naturaleza y nos sorprende por ejemplo cuando un perro al ver que su congénere se está ahogando en una piscina trata por todos los medios de salvarlo. Puede que un humano, en idéntica situación no hiciera lo mismo.
Cuando pensamos en la vida, por lo tanto existimos, no pensamos en una vida llevada apenas por la representación, una vida simulada, uno no quiere ser servil, o robótico, sino llevar una vida consciente, deliberada a favor de los más altos intereses éticos para hacerla efectiva y ser beneficiario de la más alta estima dentro de la sociedad en que se está inmerso.
En nuestra actividad, sea empresa pública o privada, y dentro de los esquemas tradicionales de la libertad en que vivimos, pensamos: ¿Estaremos haciendo lo mejor o lo posible? Ningún incendio empieza grande.
Empieza con una chispa que enciende una planta seca y por ahí se expande en grandes proporciones.
De idéntica forma, si no tenemos la debida formación y hemos naufragado en la mediocridad, todo ímpetu fugaz será intranscendente cuando se trata de darle valor a nuestra existencia y para que somos mejores en la convivencia, la política o profesión, en la religión o en el sentido de la amistad.
En alguna de estas notas comenté sobre la familiaridad que se debe de tener, cuando se es niño que ya pensante ayuda en las pequeñas tareas de la casa, como tenderse su cama, lavar su taza en que ha tomado su café, ordenar sus útiles escolares y hacer los deberes en tiempo y forma.
Y estas acciones no tienen nada que ver con la posición económica o financiera que se tenga, sino que son actos valederos para llegar luego a ser buena gente.
Así como de grande serán ciudadanos responsables, hay que inculcarles esas pequeñas responsabilidades de tal forma que, si por ejemplo se acuesta sabiendo que su taza ha quedado sin lavar, tal será su espíritu responsable que en algún momento se levantará y lavará su taza, entonces retomará un sueño tranquilo y reparador.
Así se forma el mediocre, el que ha dejado su plato sucio y no está ni ahí, luego cuando grande se internara en los vericuetos de la informalidad, la dejadez, deshonestidad y todos los efectos que surjan para llevar una vida llena de contratiempos con la ley, o con los deberes recurrentes en la profesión que aborde como medio de vida.
Lo expresado tiene mucho que ver con los conceptos filosóficos expuestos desde la más lejana historia del hombre y su subsistencia decente y honrada. Pero ese ya es otro tema. La frase de Descartes es como si se juntaran el más allá con el más acá. Cogito, ergo sum.
¡arrivederchi!!
ene.ce
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