Este libro de Lauro Marauda es como un derroche de energía vitalista, sabiduría manejada con humildad y afectos presentados sin meditación ni alevosía. Un recorrido apasionante por las vivencias personales, la historia de los propios padres y la entrega tenaz al homenaje de las personas del día a día, para discurrir el pasado e interpelar al presente; porque sabe detener el mundo y rescatar el tiempo, para contemplar “desde allá arriba, la vida humana”.
Los “Chispazos Humanos” son como el “mar de fueguitos” de Eduardo Galeano: “Un montón de gente. Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.” Nace de las entrañas de la memoria afectiva, dada a luz a base de honestidad y algunos temores, tribulaciones y reflexiones sobre la casa, las grandes cosas pequeñas, el barrio del Buceo y la ciudad de Montevideo. La audacia juvenil, las decisiones asumidas y los senderos que se bifurcan son puentes con los demás, porque se conectan con las experiencias ajenas. Los aportes literarios, que se van tejiendo en la urdimbre del relato, provocan otras resonancias en el lector.
Las semblanzas se van perfilando con una visión nítida a nivel emocional, como resultado de la inteligencia y el tino del narrador. El pasado aparece desde la plasticidad cinematográfica que invita a la remembranza propia, lo que involucra a cada lector con su bagaje de sentimientos y vivencias. Con lograda sencillez, surgen datos valiosos y la conciencia de un lenguaje cuidado, con todos los recursos del arte y del oficio. No obstante, se permite la intromisión de expresiones coloquiales y jocosas, que conjugan con los elementos de humor bien intencionado.
Este escritor -que además de profesor de Literatura y funcionario del MEC, jubilado- es coordinador de talleres, investigador y crítico literario. La irrupción de su libro, debe considerarse “una deuda de amor”. Por lo tanto, todas las numerosas referencias que constan en él, son substancialmente de admiración. Con cada chispazo se enciende una candileja del humano proscenio que alumbra la índole noble del protagonista, hilo conductor de los diversos episodios que iluminan los sucesos y sus coprotagonistas. Para sus lectores, Chispazos humanos, de Lauro Marauda, es un canto de sirena que recupera el placer de recorrer historias y descubrir otra forma de mirar la realidad.
Fe de errata: En “La roca de la fe” de Trasildo bueno, publicada el próximo pasado jueves 23, debió escribirse: “Esa tesis fue adoptada 20 siglos más tarde …”