Muchos nos sentimos anonadados, dispersos o con alguna crisis de depresión al llegar esto que llamamos fiesta de navidad, o para los que practican el cristianismo, el nacimiento de Cristo o del Señor.
A pesar de todo ese beberaje y lo gastronómico que podamos soportar, entre abrazos, efusividades y deseos de un año mejor, solemos parar para meditar algo que yo, y pienso que Uds pensemos sobre el año que se va: -¿Fui feliz?, ¿Fui infeliz? O la muletilla tan usada cuando analizamos los porque de nuestro estado emocional: A pesar de.
O por causa de. Y cuando aflora el recuerdo de los que ya no están, podemos evocarlos: Fulano y Sutano ya no están, podemos elogiarlos con grandeza.
En esos momentos pensamos. ¿Hemos sido confiables para nuestros semejantes, familiares y amigos? ¿Alguien nos decepcionó, y traicionó nuestra confianza depositada? ¿Cuál será nuestro lema de vida para el año entrante? De algo estamos de acuerdo cuando lo escuchamos de la gente. La violencia ciudadana está lamentablemente en aumento cuando vemos esos asesinatos, robos, violencia doméstica, corrupción desenfrenada, paranoicos, sicópatas, mal educados y semi analfabetos dirigiendo autos y motos en forma irregular, alterando toda la cultura de convivencia que se vivía tiempo atrás.
Gran peligro cuando se intenta adoctrinarnos y no impartiendo conocimientos y educación. No es que desprecie el trabajo pedagógico que recibimos, sino que hay que ahondar en temas concretos que la ciudadanía de buenas intenciones exige de sus líderes. No he conocido analfabetos por decisión propia, sino por ausencia de oportunidades y ocasión para ser educados, en un país que se jacta de ser uno de los más educados en Sudamérica, y la posición en los rankings lo prueba.
Ser analfabeto es un crímen social y no se puede ahorrar esfuerzos para eliminar, es un tema que trae exclusión social y desecha oportunidades, ahonda la desigualdad y trae aun más pobreza, siendo el analfabetismo funcional un gran problema para poder funcionar corrctamente como país. La falta de ese apoyo educativo nos lleva a abortar aquella idea tan advertida en los libros de texto escolares que determina la libertad, igualdad y fraternidad. Pero no hay que reírse de una persona no alfabetizada, no es su culpa, por lo antedicho.
Por si acaso, no me tengo por un genio, y si alguien que lea estos artículos me pueda catalogar de analfabeto funcional, no lo tomaré como ofensa, sino que no pasa de crimen social. Siempre pasó por mi ideas de que el mundo está formado por hombres y libros, haciendo referencia a nuestro status como el animal más inteligente del mundo. Hace muchos años, cuando disfrutaba mi niñez en aquella campaña profunda, pero ya alfabetizado, di con un personaje que luego hicimos amistad. No diré el nombre. Sabía contar hasta ocho, y nada de escribir aunque fuera una palabra, ni su propio nombre. Excelente peón, diligente y muy respetuoso sólo que a la hora de contar ovejas o ganado tenía que contar con un asistente que si lo supiera. Creo que ya está largo, les deseo desde el fundo del alma, una feliz navidad.
Arrivederechi!!!
ene ce