“Los ojos en la pelota, siempre ”
“Con los ojos en la jugada, pero siempre cuidando la pelota... ”
Opinión11/01/2024 Prof. Nelson BorgesEn el estadio de la vida, a menudo nos encontramos jugando un partido, o mejor dicho, casi siempre. Y termine como termine, muchas de esas veces depende de nosotros.
Cada día es como un partido en el campito, como cuando éramos gurises, con momentos cruciales, que se suceden como jugadas esperadas o inesperadas en un partido de fútbol.
Y sí, la vida puede plantear rivales como Messi o Cristiano de una, sin avisar, ser un rival imponente que nos pone contra las cuerdas, es en esas situaciones que vemos aflorar, nuestro propio carácter.
Sí, así como en el deporte, nuestra atención se convierte en un aliado crucial.
Recuerdo, bien en particular, como si fuera ayer, cuando la pelota de la atención se me escapó del pie derecho...
Inmerso en el partido cerrado de la rutina diaria, que es una suerte de distracción constante.
Perdido, sin ubicación específica en la cancha, errante, y sin advertirlo, perdí el control de la pelota, y con ello de la situación.
Un descuido, es un gol en contra siempre, y la pelota rodó y rodó hacia el olvido.
Esa pérdida, tan chica, tan insignificante, resonó en el silbato final del árbitro, y no hubo oportunidad inmediata.
La pelota, que es conexión, pasó a ser un recuerdo.
Ahí se entiende, que, de esa manera, perdemos oportunidades en la vida, chances únicas que no se van a volver a repetir. Al menos no en el mismo partido, que se termina con el tiempo.
Pero, ¿cómo comparar la pérdida de la pelota en un juego con la pérdida en mi vida?
Es la idea de que, al igual que en el fútbol, donde una distracción puede cambiar el rumbo del partido, en la vida, la falta de atención puede dar lugar a la pérdida de cosas muy significativas, las cuales nos esforzamos mucho por tener.
No va en el talento, va en la voluntad y la garra siempre, la concentración en nuestras metas de la vida, y nunca, nunca, nunca dejar de ver la pelota.
El cuidado hábil o no del balón, es la clave para construir la jugada.
En el campito, y en la vida.