
EL PERSONAJE HUMANO
“El hombre se esclaviza por el lujo y las vanidades, y se olvida que la felicidad está en las cosas sencillas de la vida”. Don Quijote
Opinión17/07/2025

Querer vivir mejor es una aspiración de todos, parece algo obvio, y utópico a veces. No es tan simple por lo complejo y cambiante del ser humano. Esta meta nace de una valoración rápida de la realidad del entorno social, es una instantánea, una fotografía donde me veo a mí insatisfecho, incompleto, desbordado por una aspiración muy humana, que parece sencilla, simple: vivir mejor. Estoy pidiendo mucho?
Acaso no construimos un mundo cada vez mejor? Con más posibilidades? Sin duda: sí, el hombre ha desarrollado la ciencia, la tecnología, las comunicaciones. Todo eso me demuestra tenemos una inteligencia y un poder en expansión. La medicina ha logrado que vivamos más y nos reproducimos menos. Un equilibrio perfecto, menos hijos que alimentar, se pueden criar y educar mejor, con menos stress para sus padres. Además todos vamos a trabajar menos y ganar más, vamos a tener más tiempo para disfrutar nosotros y esos años más de los abuelos. Los adolescentes, mejor educados en familia, se podrán atender mejor sus necesidades, una familia integrada dará mejores frutos. Tendrán más tiempo con sus amistades y así potenciar su proceso de crecimiento y desarrollo. La alta calidad de los estudios proporciona un progreso que es cada vez de mejor calidad y posibilidades laborales mejor remuneradas. La Inteligencia Artificial nos guía y controla el camino elegido, para que la felicidad sea completa. La igualdad, la diversidad y la tolerancia irán generado un mundo más equilibrado y seguro. Vamos bien, pero…, vivimos mejor!?.
La pregunta es: porqué la realidad de hoy no resulta en felicidad colectiva??
Centremos ahora las energías en analizar nuestro entorno y cómo hacer para mejorar lo que tenemos. Como país, somos dependientes de lo que el mundo quiera comprar y dependientes de nosotros mismos en mejorar la calidad de lo que exportamos. Hemos mejorado la tecnología agropecuaria y la calidad de lo que vendemos. Esto nos califica aceptablemente en un mundo de competencias al cual debemos asociarnos. Mercosur sí, o no?. Esperemos que nuestro gobierno tenga la prudencia y el cuidado necesario para negociar una herramienta, que bien utilizada, debiera ser positiva para Uruguay. Hoy las exportaciones ya no son solo agropecuarias, la tecnología ha ido conquistando un espacio que hay que apoyar y seguir desarrollando.
Cuál es el camino en lo interno?, reconstruir vínculos. Es fácil decirlo pero cuánto nos cuesta hacerlo. Somos impetuosos, orgullosos de nuestras raíces, no sabemos aceptar críticas y nos cobramos excesivamente entre nosotros. Nos es mucho más fácil ver los errores de los otros que los aciertos, que también los hay. Todos tenemos cualidades a reconocer y a valorizar. Nos hemos ido poniendo cada vez más intransigentes. Los momentos especiales no duran toda la vida, por eso los debemos valorizar. Controlar nuestra vanidad paralizante, nuestros rencores, nuestras envidias de que el otro logró lo que yo no tengo. Aceptemos que estos sentimientos negativos nos impiden valorizar que lo que logramos en conjunto es mejor para todos.
Por casa cómo andamos? Repensemos la familia, esa unidad social hoy tan disociada, que de a ratos la armamos, nos ilusionamos, y nos parece fantástica e indestructible. Más pasa el tiempo… y todo cambia, se termina. Entonces, sin muchos miramientos la desarmamos, la desintegramos, y olvidamos sus valores. El personaje de hoy es aquel mismo, ahora intolerante, impaciente y dueño de la verdad. El que ayer te buscó para convivir y soñar juntos. Cuidemos los valores, sin duda crecimos en ellos. El vínculo de familia es un capital de alto rendimiento en el tiempo, si lo cuidamos.
Qué nos pasa entonces?. El problema es el ser humano, nosotros, los adultos y el vacío existencial que abruma. No nos engañemos a nosotros mismos, este mundo de consumo y caos, vale?... Lo creamos nosotros, ansiosos, compradores compulsivos, frustrados y ahora dependientes del sistema. El mundo no va a parar, los que tenemos que parar somos nosotros. Ser capaces de no adherir a la locura de vivir a las correrías, en un sin sentido, sin valorar lo que tenemos, sin reconocernos.
Hay que hacer el esfuerzo de trascender ese “personaje” criticón, caprichoso que emerge a partir de su necesidad de ser reconocido. Dejar de querer encajar en un mundo cada vez más exigente, más veloz y contradictorio, que no da lugar, ni tregua.
Aceptar que hemos pasado a ser parte del problema, del caos, del conflicto. Esta conducta solo nos llevará a más enfrentamientos y agresiones cada vez más graves.
Tenemos que darnos cuenta que no es ese el mundo que necesitamos.
No nos olvidemos “que la felicidad está en las cosas sencillas de la vida”.
Agradezco a los amigos de La Noticia la publicación de estas reflexiones.




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