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“Pantallas y bebés: neuropediatras advierten sobre los riesgos del uso de dispositivos en niños de hasta 2 años”
Salud10/11/2024Silvia MiñoEn un mundo donde la tecnología es omnipresente, los neuropediatras están levantando la voz sobre los riesgos de exponer a los bebés de hasta 2 años a pantallas de televisión, celulares y tabletas. Cada vez más estudios y expertos coinciden en que el uso de dispositivos electrónicos en los primeros años de vida puede traer serias consecuencias para el desarrollo del cerebro infantil y el bienestar general de los más pequeños. Pero, ¿qué hay detrás de esta advertencia y cuáles son las razones que llevan a los especialistas a recomendar una crianza sin pantallas?
El cerebro en desarrollo: un proceso vulnerable
Durante los primeros años de vida, el cerebro de un niño se desarrolla a una velocidad asombrosa. Las conexiones neuronales, o sinapsis, se forman rápidamente y moldean las habilidades motoras, cognitivas y emocionales del niño. Este proceso depende en gran medida de la estimulación que recibe a través de interacciones reales con su entorno: el contacto humano, el juego físico, el lenguaje y la exploración directa de objetos. La exposición a pantallas, sin embargo, interrumpe este proceso, ya que limita la cantidad de estimulación activa y de calidad que el niño recibe.
Según la Asociación Americana de Pediatría (AAP), los bebés menores de 18 meses no deben exponerse a pantallas, con excepción de las videollamadas supervisadas. Entre los 18 y los 24 meses, si bien puede haber una introducción limitada a contenido educativo, se recomienda que siempre sea en compañía de un adulto. Las razones van más allá del contenido de las pantallas y se relacionan directamente con el impacto que tienen en el desarrollo cognitivo, emocional y social de los niños.
Consecuencias potenciales del uso de pantallas en bebés
Los especialistas han identificado varios efectos negativos asociados al uso temprano de pantallas en niños. Entre los principales riesgos se destacan:
1. Retraso en el desarrollo del lenguaje: La exposición a pantallas es una actividad pasiva que no permite la interacción, lo que es crucial para el desarrollo del lenguaje en los primeros años de vida. Estudios muestran que los niños que pasan más tiempo frente a pantallas tienen un vocabulario más limitado, pues escuchan menos palabras y tienen menos oportunidades para practicar el lenguaje hablado.
2. Problemas de atención y concentración: Las pantallas suelen presentar estímulos rápidos y cambiantes que sobreestimulan el cerebro en desarrollo. Esto puede dificultar que los niños aprendan a concentrarse y mantenerse atentos en situaciones de la vida real, donde el ritmo es menos frenético y requiere paciencia.
3. Impacto en el sueño: La luz azul emitida por las pantallas afecta el ciclo natural de sueño y vigilia. En los bebés y niños pequeños, que necesitan períodos de sueño largos y regulares para su desarrollo, la exposición a pantallas antes de dormir puede reducir la calidad del sueño y, en consecuencia, impactar en su desarrollo general.
4. Riesgos para el desarrollo social y emocional: El tiempo frente a las pantallas desplaza las interacciones sociales reales, fundamentales para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales. Los niños pequeños necesitan contacto visual, expresiones faciales y respuestas emocionales de otros para aprender a entender y gestionar sus propias emociones.
La importancia de un entorno enriquecedor
La recomendación de evitar pantallas en los primeros años no solo responde a los efectos negativos directos, sino también al hecho de que el tiempo frente a dispositivos limita las oportunidades de juego libre y exploración, esenciales para el desarrollo integral del niño. El juego físico, como construir con bloques, dibujar o simplemente explorar el entorno, es clave para desarrollar habilidades motoras, coordinación y resolución de problemas. Estos juegos también fomentan la creatividad y la autoconfianza, lo cual no se obtiene en igual medida a través de una pantalla.
Alternativas y recomendaciones para padres
La Sociedad Uruguaya de Pediatría y otras asociaciones a nivel internacional recomiendan que los padres limiten el tiempo de pantallas y en su lugar ofrezcan alternativas enriquecedoras. Para los más pequeños, actividades como la lectura de cuentos, las canciones y los juegos interactivos que involucren a los adultos son especialmente valiosas.
Además, la AAP recomienda que los padres actúen como modelos a seguir en el uso de pantallas, evitando el uso excesivo de dispositivos en presencia de sus hijos, ya que los niños aprenden de lo que observan a su alrededor.
La tecnología: un recurso a utilizar con prudencia
La tecnología puede ser una herramienta positiva en edades mayores, pero para los bebés y niños pequeños, sus riesgos superan con creces los beneficios. Neuropediatras y expertos en desarrollo infantil señalan que una crianza sin pantallas en los primeros años da lugar a un crecimiento más saludable en todas las áreas: desde el lenguaje y las habilidades sociales hasta la capacidad de atención y la regulación emocional.
El desafío para los padres radica en encontrar un equilibrio en una era digital, ofreciendo a sus hijos una infancia en la que el juego, la interacción humana y el aprendizaje activo se mantengan como las verdaderas herramientas de desarrollo. Así, la apuesta es construir una base sólida que prepare a los niños para enfrentarse a la tecnología más adelante, cuando ya tengan las habilidades necesarias para integrarla de manera saludable en sus vidas.
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