

Durante estos días los medios de prensa han dado a conocer la situación crítica en que se encuentra nuestra Defensoría. Está en un CTI. Esa oficina pública ubicada en calle Herrera entre Lecueder y Berreta que cumple una noble labor: patrocinar a todas aquellas personas carentes de recursos que no están en condiciones de costearse el acceso a la Justicia. Allí funciona la Justicia gratuita para nuestros conciudadanos.
El trabajo allí es muy sacrificado y no tiene pausa. Desde hace muchos años allí la defensa es femenina. Hoy cuenta con 6 mujeres Abogadas que la vienen remando contra viento y marea, y que a pesar de las carencias en recursos humanos y logística continúan su trabajo sin pausa.
Ellas no están reclamando más plata, que quede claro. Reclaman mejores condiciones para brindar el servicio a la población. Para eso estuvieron reunidas con los 2 Diputados por nuestro departamento realizando los planteos que corresponden.
Esas Defensoras deben brindar consultas a los usuarios, preparar los escritos, asistir a las audiencias, hacer procuraciones, concurrir a diligencias y otras actividades más. No tienen derecho a disfrutar en familia de forma plena los fines de semana porque si hay algún detenido que no tiene Abogado particular amerita llamar a la defensora pública; imagínese varios detenidos que han participado en una trifulca el fin de semana y hay incompatibilidades entre ellos y eso amerita llamar a las Abogadas que deben dejar la familia y salir a las corridas rumbo a la Fiscalía o a la Comisaría o al Juzgado Penal porque urge un corte de plazo. Aparte de aguantar las impertinencias y las groserías de algún detenido que muchas veces se cree saber del CPP y otras leyes mejor que los Abogados. La tarea no es fácil. Lo digo con propiedad porque en algunas oportunidades estuve colaborando en la época de la pandemia como un defensor público más y conocí y viví en carne propia lo que es ser un defensor de la Defensoría. Nadie me lo contó, yo tengo para contarla.
Imaginemos también cuando las Abogadas andan muy atareadas contando hasta los segundos y con la agenda bien abultada y todavía deben evacuar alguna Vista importante para la cual tienen tan sólo 3 días, o hacer alguna apelación en materia penal con ese similar plazo.
Es imposible que les alcance el tiempo para cumplir con sus tareas habituales; y cuando están apremiadas por falta de tiempo porque se les vence un plazo no les queda más remedio que pedir una licencia o retirarse a su casa y concentrarse y hacer un trabajo con responsabilidad y eficiencia. Y el stress es el peor enemigo. La calidad de vida se va al carajo. No ven a sus hijos crecer porque no están nunca con ellos. Pobrecitos.
Esas Abogadas públicas no están sólo para cobrar su sueldo. Ellas trabajan con mucha responsabilidad, por tal motivo hoy de forma digna y ajustada a Derecho hacen sus reinvindicaciones porque corresponde y no están exagerando nada. Sería necesario que por lo menos 1 vez al año venga algún Ministro de la Suprema Corte de Justicia a mirar el trabajo que desarrollan en nuestra Defensoría. Cúanto extraño aquellas jornadas de revistas de cárcel!!!!. En esas jornadas que venían 2 Ministros de la Suprema Corte en cada mes de mayo y hacían ese trabajo de revisión de causas penales, pero almorzaban con las defensoras públicas, recibían planteos, visitaban la Sede local así como también concurrían a los Juzgados. No es lo mismo que enviar a los Inspectores que períódicamente vienen a nuestra ciudad a inspecconar la marcha de la Justicia. No es lo mismo administrar Justicia sentados entre 4 paredes leyendo informes de sus enviados especiales (inspectores) que desembarcar en Artigas y ver de cerca la realidad que rompe los ojos.
Como ciudadano deseo el mayor de los éxitos de gestión a nuestros Diputados que escucharon los plateos de mis colegas y que seguramente van a trasladar al Parlamento Nacional como un asunto grave y urgente; y que al votar el Presupuesto todos los Legisladores no se olviden de la Defensoría Pública del Poder Judical de Artigas. El planteo de nuestra Defensoría Pública podrá ser tomado como algo pequeño para el mundo, pero enorme para los ciudadanos justiciables que necesitan del acceso a la Justicia como un Derecho Humano fundamental consagrado en nuestra Constitución.




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