El país dividido

“Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera…” De Martín Fierro, José Hernández.

Opinión07/03/2024 Dr. Ricardo Castelli
Ricardo Castelli portada
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Ante los 300 años de Montevideo, decimos: Montevideo no ha logrado hacernos sentir que esta sea una fiesta del país todo, que sea una fiesta de unidad.    

No sentimos que valore el cambio notable que el interior ha tenido en estos últimos treinta años. Cambio que lo ha integrado al mundo moderno a través del desarrollo tecnológico de lo agropecuario. Ayudado por la demanda de China y el impulso de inversores argentinos y brasileños que vieron potencialidades que nosotros no vimos. Se agrega la forestación realizada, y el impulso de hoy de las papeleras en el desarrollo asociado a todo este movimiento productivo.    

Desde este otro extremo de la república seguimos sintiendo a Montevideo cada vez más encerrada en sí misma, ajena, trancando absolutamente todo y transformada en un factor regresivo que le cuesta ver al país como un todo.     

Qué pasó en estos 300 años que no hemos podido unir un país pequeño que sin duda ha necesitado en múltiples instancias de esa unidad. Lo primero a reconocer es que le ha faltado voluntad y visión. Montevideo ha atendido siempre primero, sus necesidades. En sus inicios, fue de los colonos españoles y la campaña era de los bandoleros. Las generaciones subsiguientes, naturalmente se fueron mimetizando aunque luchasen por mantener sus genes precursores. Los portugueses que en su conquista llegaron hasta las costas de Colonia y fundaron esa ciudad.   

La revolución que se inicia en Europa a finales del Siglo XVIII, se centra en ideas de ruptura total con la monarquía y los patrones clásicos. Recordemos la trilogía en que se basa la Revolución Francesa: Libertad, Igualdad, Fraternidad.    

Las guerras que siguieron generaron mucha inseguridad que determinaron cambios vitales. La gente se traslada, emigra, crea vínculos inevitablemente inestables, a veces increíbles, que en períodos de paz no ocurren. El levantamiento armado contra las monarquías se expande a América y genera las ideas independistas del siglo XIX que atravesaron todo el continente de norte a sur, y no solo trajo nuevas ideas, también adhesiones, amores y desamores.    

Los “criollos”, zambos, gauchos y mestizos fueron la gente más comprometida de ese período que se va entretejiendo con los nuevos emigrantes europeos, franceses,  italianos, holandeses, alemanes, y otros más del oriente: judíos, libaneses… Algunos con mayor cuidado de su “raza” al inicio, pero obviamente la naturaleza nos une a todos bastante más que la filosofía o la religión.  

Nuestro país y ya es una tradición, siempre ha estado abierto a recibir gentes de otros lugares. En estos últimos años, han venido argentinos, cubanos, venezolanos, chilenos, colombianos, brasileños… Todos aportan ideas, viejas y nuevas costumbres.  

Si el mundo está fragmentado, políticamente dividido, será posible que nosotros!, un resumen de este mundo en el que vivimos, nos unamos en el cuidado de valores de un país que nos represente a todos. Obvio que se puede, el país es nuestro!.   

Aquí tenemos ideas del centro, de derechas, izquierdas, anarquistas y resentidos. Blancos, negros y mestizos afro- descendientes, gentes de pocitos, de carrasco, del interior: salteños, rochenses, sanduceros… La lista se hace enorme si miramos las diferencias, y más si atendemos a la diversidad. 

   Lo que más logró juntarnos ideológicamente fue la dictadura militar, no por el “año de la orientalidad”, sino porque todos coincidimos en decir: no va más!!. La oposición nos unió y cuánto avanzamos!. Fue un esfuerzo destacado de referentes políticos, de sacrificados y voluntarios para encontrar un camino de acuerdos posibles. Se buscó la reconciliación con sentido común. Así se construyó una unidad que se afirmó con la voluntad y el sacrificio de todos (todos cedimos algo!). El país creció, se fortaleció, y todos agradecimos, pero cuidado!, con que liviandad dejamos a un lado lo logrado.

   “Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos se pelean, los devoran los de ajuera”
    Vamos por más unidad ciudadana!! Hasta la próxima!!

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