Entiendo que el primero que no debo excederme soy yo. Tener este espacio de libre expresión lo siento especialmente importante para expresar ideas que considero han de ser parte de nuestras herramientas del diario vivir. Es a partir de ellas que cada uno elige el camino que entiende más adecuado. Para mí lo trascendente y en lo personal es un valor, es que el país tenga espacios de opinión abiertos a la reflexión común y a partir de un enfoque de principios buscar una unidad, un sentimiento.
El hombre a partir de sus empoderamientos ha cometido excesos. Excesos que ha tenido que reconocer como tales, además del error de cometerlos, asumir las consecuencias. O peor, muchas veces disfrazarlos, negarlos, esconderlos.
El reconocer los errores es un camino que nos hace crecer en la humildad necesaria para reparar, reconstruir. El volver a empezar exige rendirse ante una realidad que se impone, dura, terrible y terminante: la derrota. Asumir yerros muestra la calidad de la persona y abre la puerta para sin negar su responsabilidad y condena, mantenerse unido como parte del grupo. Humildemente se acepta la pena establecida y la cumple.
Otros eligen el camino de la negación, justifican su mala conducta, luchan, no aceptan la responsabilidad que les corresponde aun cuando son claramente responsables. De estos, ejemplos abundan, y lo que es peor, están como condenados a repetir esos actos una y otra vez.
Ejemplos de unos y otros los hay de todos tamaños y colores: la guerra, las disputas, los conflictos, las pujas políticas, en cada familia, en el matrimonio, entre hermanos, entre amigos, entre correligionarios... Porqué si todo es tan claro, repetimos una y otra vez estos errores?... Cada vez que nos ilusionamos con un cierto poder que sentimos tener, creemos en las razones que promovemos, desvalorizamos las razones que puede tener el otro y decidimos que es el otro que debe aceptar las nuestras. El otro no las acepta y nosotros tratamos de imponer por la fuerza lo que sentimos válido.
Qué hay detrás de todo esto? pues orgullos desmesurados, deseos, apetitos, rencores, egoísmo, envidias, odio. La lista es larga, pero que difícil es reconocer alguno de estos sentimientos como propios, el exceso que generan y el daño que causan.
A dónde queremos llegar? En primer lugar sacarnos la fantasía de ser perfectos, que algunos somos transparentes, infalibles… “yo nunca me equivoqué” ha dicho alguno por ahí, y que triste suena esa arrogancia, esa falta de sensibilidad respecto a lo falible que somos… Esta actitud nos lleva, desde el vamos a equivocarnos! en lugar de asumir nuestra condición humana, negamos sentir responsabilidad en errores cometidos, en reconocernos tal cual somos. También todos hemos cometidos errores infantiles y puede parecernos una perogrullada asumirlos, sin embargo negarlos es más infantil aún. Después, los importantes, los minimizamos y los negamos igual que antes.
Hoy día cuando alguien frente a la justicia reconoce un error, decimos que “está todo arreglado”, y no es así, debemos valorar que haya personas que son capaces de decir “yo me equivoqué y lo reconozco”.
Lo segundo es que las leyes que nos juzguen sean las que se promovieron en un tiempo anterior a los hechos, que sean parte del marco al cual acordamos y debimos cuidar. La experiencia de crear leyes “ejemplarizantes” a medida de la barbarie del reo nunca han sido buen ejemplo, ni para los que tuvieron que hacerlas cumplir, ni para los ciudadanos, ni para el culpable de los hechos. Por esto ya debiera quedar en desuso.
La propia justicia se representa como ciega, sorda y muda, llamándonos la atención de su propia visión de lo falible que es. Más de un juez se ha planteado al final de su carrera cuánto habrá fallado en sus resoluciones. Tenemos además los recientes casos de Lula y de Trump, que retornaron y ganaron, dándole la ciudadanía un respaldo que habla más de un reconocimiento que de sanción.
Entonces las preguntas de hoy son: Porqué el Directorio del PN toma una medida que excede la determinada por el Poder Judicial?... No será esto un exceso?... Será mejor satisfacer a opiniones oportunistas, que atender lo que la justicia determinó?. No será mejor valorar la responsabilidad asumida, que dividir más el PN?
Agradezco a los amigos de La Noticia la publicación de estas reflexiones.