
“A un extremo o al otro”
“Es un hecho, al menos para mí que en todas las sociedades, en determinados momentos las personas tienen enfrentamientos cuando sus posiciones e ideas no son las mismas, y muchos de ellos son al cuete...”
Opinión29/01/2024 Por el Prof. Nelson Borges
El extremismo, algo que yo considero peligroso en todo ámbito de nuestra vida cotidiana, estás conmigo o estás en mi contra.
Y parece que la misma época que vivimos nos empuja a ello.


Desde lo religioso, que es un lugar peligroso para opinar libremente, pues desde la Constitución, hasta el sentido común, se entiende que cualquiera tiene derecho a creer lo que quiera, mientras no violente ni ataque el derecho del otro también a creer lo que quiera…
En lo que está de moda, lo político, que mucho nos afecta, púes determina nuestro futuro macro económico, o sea tu bolsillo y el mío, pero para ello está la democracia. Se elige por mayoría y listo.
Peeeeeero, y es un gran pero, vivimos en la época de lo extremo, no aceptamos que el otro piense y vote lo que quiera. Y así estamos, he visto muchas personas votar a un partido, y en otra elección, militar activamente por otro, y eso es su decisión, y demás está bien y es saludable, si, saludable, elegir, cambiar de opinión.
En el deporte lo mismo, sea Peñarol o Nacional, termina el clásico y seguimos siendo vecinos, amigos, conocidos, colegas, y nada cambió, salvo para los extremistas.
Ahora reflexiono, antes que en estos lares del norte comience un hermoso carnaval, que estas fuerzas polarizadoras rompen de un hachazo tolerancia y la diversidad, que en sí, es lo que nos hace humanos, ser únicos y diferentes.
Es necesario reconocer que ser rígido en las creencias extremas, nos limita, nos rompe, no aleja del otro, y además es pasajero y no sirve para nada, y esto desde las cruzadas.
Para enfrentar este desafío, debe estar presente (el muy ausente) diálogo, el respeto, la educación, la comprensión mutua, y con ellos rompemos las barreras de lo estúpido.
Para mí, la palabra justa es siempre “equilibrio”,entre preservar lo que creemos, o sea nuestra identidad y ayudar a construir una sociedad inclusiva y pacífica.
Lo que se resume en no pelear al cuete por cosas que muchas veces, ni siquiera nos afectan directamente, más que a nuestro orgullo, que incluso eso es inventado.




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